El robo de coches está a la orden del día, y los amigos de lo ajeno cada vez se especializan más. Da lo mismo que poseas un exclusivo sistema de seguridad último modelo, porque es viable que ya hayan inventado la forma de entrar en términos de segundos y sin obligación de estar con tu coche.
Es más, los coches más susceptibles de robo de los tiempos recientes son esos coches con llaves sin cables que abren el transporte a distancia.
Tener esta clase de llaves es toda una tranquilidad para los dueños, pero sin quererlo, se convierten en un interesante propósito difícil de cumplir para los ladrones. Pensemos que esas llaves sencillamente son ondas que argumentan a la orden de “desbloqueo” de una cerradura, por lo cual alguno con entendimientos informáticos algo avanzados podría entrar sin ningún tipo de inconveniente.
Es más, puestos a transcribir, tienen la capacidad hasta de conducir hasta su puerta uno de esos coches tan modernos que hay actualmente sin la necesidad de solamente mover un dedo.
Antes de alarmarnos, recordar que no se puede abrir el coche de cualquier manera o con cualquier señal, y se necesita de un mecanismo y llaves muy concretos para abrir el coche. Cada llave utiliza un sistema con un código único, pero lo que hay que tener en cuenta es que tu vehículo también tiene un chip que utiliza ese mismo algoritmo para generar una serie de códigos, y en cuento genera uno que coincide con el de la llave, el coche desbloquea la cerradura.
Se supone que cada “pareja” de llave y coche es única, y cada uno genera miles de millones de códigos. Para los ladrones, ahora especializados en descifrar este tipo de incógnitas informáticas, resulta pan comido; en apenas unos minutos son capaces de averiguar el código, solo con que tú abras tu coche un par de veces. Si encima tenemos en cuenta que los ladrones suelen utilizar amplificadores de señal, no hace falta ni que estén cerca para robarte.
Pero hay un secreto para evadir esta clase de artimañas, o por lo menos intentarlo: envolver tus llaves en papel de aluminio. ¿Para qué?
Exactamente para denegar las ondas de tu llave. Por medio de las características del aluminio, se crea una barrera que impide la copia de las ondas electromagnéticas. Como opción, además de “andar por casa”, tenemos la posibilidad de meter las llaves del coche en el microondas (sin encenderlo, ojo) o en el congelador.
Eso sí, si deseas asegurar tu transporte en condiciones, a lo mejor convendría gastarse algo de dinero para su seguridad y conseguir una funda particular para bloquear advertencias electromagnéticas.