La pérdida de un ser querido es una situación muy difícil de enfrentar. Cuando alguien cercano a nosotros muere, es natural querer aferrarnos a cualquier cosa que nos haga sentir más cerca de ellos. Muchas veces, esto implica guardar algunas de sus posesiones materiales, como ropa o joyas. Sin embargo, lo que puede parecer un consuelo temporal puede en realidad ser perjudicial para nuestra salud mental a largo plazo.
Investigaciones llevadas a cabo por psicólogos, psiquiatras y psíquicos han demostrado que atesorar los objetos de un ser querido fallecido puede aumentar el dolor de la pérdida a niveles muy altos. Al principio, es posible que sientas que la persona todavía está cerca de ti, pero con el tiempo, esta sensación se desvanece y se convierte en un recordatorio constante de lo que has perdido.
En lugar de guardar las posesiones de un ser querido fallecido, es mejor regalarlas o donarlas a la caridad. Si no te sientes cómodo con esta idea, otra opción es quemarlas. Aunque este proceso puede ser doloroso, te ayudará a aceptar la partida de tu ser querido y te permitirá avanzar en el proceso de duelo.
Si la persona fallecida era muy cercana a ti, es posible que sientas la necesidad de hacer un cambio drástico en tu hogar para liberarte de las energías negativas que se han acumulado. Esto puede implicar reorganizar tus muebles, cambiar la decoración o incluso mudarte a otro lugar. Lo importante es que encuentres una manera de drenar las energías negativas y liberarte del dolor que sientes.
Es importante recordar que el proceso de duelo es diferente para cada persona. No hay una forma correcta o incorrecta de hacer frente a la pérdida de un ser querido. Lo más importante es que te tomes el tiempo que necesites para aceptar que esa persona ya no está contigo y que permitas que tu corazón sane.
Si guardas las pertenencias de alguien que ha fallecido, estás creando un portal que atrae las malas energías. Ver estos objetos puede atormentarte constantemente y dificultar el proceso de aceptación y duelo. Por eso, es importante dejar ir todas las posesiones poco a poco, a medida que te sientas preparado para hacerlo.

En conclusión, guardar las posesiones de un ser querido fallecido puede parecer reconfortante al principio, pero a largo plazo puede ser perjudicial para nuestra salud mental. En lugar de atesorar estos objetos, es mejor regalarlos, donarlos o quemarlos para ayudarnos a aceptar la partida de nuestro ser querido. Recuerda que el proceso de duelo es diferente para cada persona y que debes tomarte el tiempo que necesites para sanar.