
Un video del influencer Ashton Hall levantándose a 3:52 AM para seguir una rutina milimétrica se viraliza con 99M de vistas, reavivando el debate sobre la obsesión por la productividad tóxica y el «looksmaxxing».
Mientras el mundo duerme, Ashton Hall ya está conquistando el día. Su video levantándose a 3:52 AM para cumplir una rutina de productividad extrema se ha convertido en fenómeno viral:
- 99 millones de vistas en TikTok
- 8M de likes
- Genera oleada de parodias y debates
La rutina que despertó polémica
El clip muestra un ritual casi militar:
- Despertar con «mouth taping» (cinta bucal)
- 2 minutos exactos de lectura
- Inmersión facial en agua con gas
- Entrenamiento en balcón
- Frotar cáscara de plátano en el rostro
- Baño de hielo a las 9 AM
Todo esto antes de grabar su podcast y desayunar.
¿Inspiración o distopía productiva?
El video ha reabierto la conversación sobre:
✔️ Looksmaxxing: Movimiento que promueve la «perfección física» masculina mediante rutinas obsesivas
✔️ Productividad tóxica: La presión por optimizar cada minuto como símbolo de estatus
✔️ Autocuidado extremo: Donde el skincare y el ejercicio se vuelven mandatos
«Esto ya no es sobre salud, es sobre validación social», comentó un usuario al ver cómo la rutina mezcla prácticas pseudocientíficas (como la cáscara de plátano) con disciplinas reales.

Los antecedentes preocupantes
Expertos como Andrew Huberman (neurocientífico de Stanford) advierten:
⚠️ Estas rutinas, cuando son impuestas y no orgánicas, generan ansiedad
⚠️ El 78% de hombres jóvenes sienten presión por imitar estos estándares (Estudio YouGov 2024)
⚠️ Se vincula con el auge de suplementos no regulados y cirugías estéticas masculinas
¿Dónde está el límite?
Mientras algunos aplauden la disciplina de Hall, otros señalan:
➡️ Su video parece más un performance que un estilo de vida real
➡️ La cuenta @tipsformenx que lo viralizó promueve estereotipos de «macho alfa»
➡️ «Nadie necesita entrenar a las 4 AM para tener éxito», twitteó un psicólogo
Lo innegable es que esta tendencia está redefiniendo el autocuidado masculino, mezclando hábitos saludables con exigencias imposibles. ¿Inspiración o presión disfrazada? El debate sigue abierto.